III. La capacidad de proliferación biológica que tienen los materiales utilizados en la construcción y los sistemas de aire acondicionado.
"Cada paciente libera al ambiente cerca de 37 millones de microbios en una hora"
En este recorrido por los principales factores de
riesgo al interior de los edificios, principalmente aquellos destinados para
las funciones sanitarias como lo son los hospitales, es importante resaltar que
los materiales de construcción tienen un papel importante, y en la búsqueda de
algún marco legal que establezca los parámetros o normalización acerca de los tipos
de materiales permitidos en la construcción de estos edificios, la búsqueda no
ha rendido algún fruto. Sin embargo, para beneplácito de los lectores del
presente espacio, si existen materiales que por su geometría estructural,
según apuntan científicos de la Universidad de Aveiro en Portugal, dan lugar a
espacios entre los átomos que los forman, posibilitando la colonización de
estos por parte de virus y bacterias que en estado latente que se mantienen
vivos gracias al efecto invernadero que se genera en el interior de los espacio
de internamiento, dando lugar a poblaciones de virus o bacterias residentes que
posteriormente infectan a los pacientes cuyo sistema inmunológico se encuentra
debilitado.
Lo cierto es que, si vamos un poco más al fondo del
asunto, los uniformes y las batas del personas que ahí labora, según estudios
realizados en 2015 por la Universidad de Chicago, guardan cerca de 80 tipos
diferentes de bacterias, sin contar los materiales con que están fabricados los
equipos de cómputo (hardware), los materiales para la fabricación del
mobiliario como estaciones de enfermería, recepción, las cortinas, las
barandillas de las camas, las llaves de los lavamanos en los sanitarios.
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Por otro lado, qué hay que decir sobre los equipos aire
con lo que podemos llegar a encontrar en los hospitales, los secadores de manos
de estos y otros lugares, inocentemente, pueden albergar diferentes tipos de
bacterias en su interior, impregnando las manos de las personas, que sin darse
cuenta conviven con estos microorganismos de manera habitual.
Otro implemento que puede sumarse a esta lista
patológica son los aires acondicionados. Si consideramos que cada paciente
libera al ambiente cerca de 37 millones de microbios en una hora, sería fácil imaginar
el nivel de higiene que deberían tener estos espacios para la salud, sin embargo,
los ductos de ventilación o extracción de aire acondicionado son responsables
de la emisión de millones de microorganismos al ambiente, ya de por sí,
contaminado de un hospital.
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Entre los pasajeros que viajan en estos ductos pueden encontrarse
los ácaros, partículas suspendidas de polvo, cabellos, pelusa, restos de piel
muerta. Lo anterior se debe a que, en muchas ocasiones, la falta de
mantenimiento de estos sistemas, suman otras situaciones de riesgo. Por
ejemplo, hoy se sabe que estos sistemas de aire están asociados a diversos efectos
físicos comunes, encontrados en la mayoría de los edificios enfermos tales como
la resequedad nasal - ocular, sinusitis, rinitis, conjuntivitis, entre otros y
es gracias a la falta de planeación, integración medioambiental, aspectos relacionados
con el diseño de los edificios, que se recurre en primera instancia a los
sistemas de aire acondicionado para lograr estados de regulación térmica en el
interior de estos espacios sin considerar otras opciones como el diseño
bioclimático para resolver la habitabilidad del edificio.
Laboratorio Nacional de Argonne. |