martes, 12 de noviembre de 2019




III. La capacidad de proliferación biológica que tienen los materiales utilizados en la construcción y los sistemas de aire acondicionado.

"Cada paciente libera al ambiente cerca de 37 millones de microbios en una hora"

En este recorrido por los principales factores de riesgo al interior de los edificios, principalmente aquellos destinados para las funciones sanitarias como lo son los hospitales, es importante resaltar que los materiales de construcción tienen un papel importante, y en la búsqueda de algún marco legal que establezca los parámetros o normalización acerca de los tipos de materiales permitidos en la construcción de estos edificios, la búsqueda no ha rendido algún fruto. Sin embargo, para beneplácito de los lectores del presente espacio, si existen materiales que por su geometría estructural, según apuntan científicos de la Universidad de Aveiro en Portugal, dan lugar a espacios entre los átomos que los forman, posibilitando la colonización de estos por parte de virus y bacterias que en estado latente que se mantienen vivos gracias al efecto invernadero que se genera en el interior de los espacio de internamiento, dando lugar a poblaciones de virus o bacterias residentes que posteriormente infectan a los pacientes cuyo sistema inmunológico se encuentra debilitado.
Lo cierto es que, si vamos un poco más al fondo del asunto, los uniformes y las batas del personas que ahí labora, según estudios realizados en 2015 por la Universidad de Chicago, guardan cerca de 80 tipos diferentes de bacterias, sin contar los materiales con que están fabricados los equipos de cómputo (hardware), los materiales para la fabricación del mobiliario como estaciones de enfermería, recepción, las cortinas, las barandillas de las camas, las llaves de los lavamanos en los sanitarios. 
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Por otro lado, qué hay que decir sobre los equipos aire con lo que podemos llegar a encontrar en los hospitales, los secadores de manos de estos y otros lugares, inocentemente, pueden albergar diferentes tipos de bacterias en su interior, impregnando las manos de las personas, que sin darse cuenta conviven con estos microorganismos de manera habitual.
Otro implemento que puede sumarse a esta lista patológica son los aires acondicionados. Si consideramos que cada paciente libera al ambiente cerca de 37 millones de microbios en una hora, sería fácil imaginar el nivel de higiene que deberían tener estos espacios para la salud, sin embargo, los ductos de ventilación o extracción de aire acondicionado son responsables de la emisión de millones de microorganismos al ambiente, ya de por sí, contaminado de un hospital.

Pinterest 2019.

Entre los pasajeros que viajan en estos ductos pueden encontrarse los ácaros, partículas suspendidas de polvo, cabellos, pelusa, restos de piel muerta. Lo anterior se debe a que, en muchas ocasiones, la falta de mantenimiento de estos sistemas, suman otras situaciones de riesgo. Por ejemplo, hoy se sabe que estos sistemas de aire están asociados a diversos efectos físicos comunes, encontrados en la mayoría de los edificios enfermos tales como la resequedad nasal - ocular, sinusitis, rinitis, conjuntivitis, entre otros y es gracias a la falta de planeación, integración medioambiental, aspectos relacionados con el diseño de los edificios, que se recurre en primera instancia a los sistemas de aire acondicionado para lograr estados de regulación térmica en el interior de estos espacios sin considerar otras opciones como el diseño bioclimático para resolver la habitabilidad del edificio.

Laboratorio Nacional de Argonne.


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